Qué hacer en Punta del Este: experiencias imperdibles más allá de la playa
- Michelle Ache
- 20 ago
- 7 Min. de lectura
Punta del Este es mucho más que sol y arena. Su entorno natural, su vida cultural y sus rincones únicos hacen de este balneario uno de los destinos más completos de Sudamérica.
En la nota “¿Qué hacer en Punta del Este fuera de temporada o en cualquier época del año?” presentamos 6 de los puntos más icónicos para visitar en Punta del Este. En esta nota, les traemos 5 nuevas experiencias que no pueden faltar en la recorrida por el balneario, sobre todo en las épocas de calor o media estación.
1. Muelle de Mailhos
Ubicado en una de las playas más céntricas de Punta del Este, se encuentra el famoso Muelle de Mailhos. Fue construido en los años 40 por vecinos de la zona que querían acceder al banco de arena para bañarse en la piscina natural rodeada de rocas y utilizar el lugar como playa. Con el tiempo, se popularizó entre locales y turistas como una de las zonas de baño más espectaculares del balneario.
A lo largo de los años el muelle fue restaurado, y sus alrededores se adaptaron a su creciente popularidad. Hoy, la playa del Muelle de Mailhos está rodeada de restaurantes con decks que ofrecen vistas únicas al mar y al muelle. La rambla se transformó en un paseo imperdible, y las antiguas dunas hoy son un largo camino de palmeras donde los locales se sientan a tomar mate y disfrutar del atardecer durante todo el año.
En febrero de 2013, al ver que el muelle se deterioraba sin intervención oficial, un grupo de vecinos impulsó un movimiento para reclamar su restauración. Se realizaron exposiciones fotográficas y audiovisuales para destacar su valor cultural. El evento más recordado, que aún se replica cada verano, fue la iluminación del muelle con fanales de vela, un espectáculo visual que atrajo tanto a turistas como a residentes. Gracias a este movimiento, el Muelle de Mailhos fue declarado Patrimonio Departamental y cada 10 de febrero se celebra el Día del Muelle de Mailhos.
Se ubica frente al final de la Calle 28 – Los Meros, en la Rambla Artigas (link). La playa de Mailhos se extiende varias cuadras a ambos lados del muelle, en paralelo a la rambla.
2. La Barra y el Museo del Mar
A 20 minutos del centro de Punta del Este, La Barra se ha convertido en uno de los rincones más vibrantes y con más personalidad del balneario. Con su famoso puente ondulado, galerías de arte, boutiques, bares y restaurantes frente al mar, este pequeño pueblo costero mezcla estilo, diversión y encanto bohemio chic. Durante el día, sus playas son ideales para surfistas y jóvenes en busca de buena energía. Es uno de los destinos preferidos por celebridades de todo el mundo que buscan un escape de las multitudes.
Uno de sus puntos más icónicos es la pasarela de madera que une La Posta del Cangrejo con La Desembocadura, dos de las principales playas de la zona. Este sendero sobre las rocas invita a contemplar las olas, respirar la brisa marina y disfrutar de atardeceres . También es un lugar muy buscado por fotógrafos que capturan las maniobras de los surfistas. Para acceder a la pasarela se puede ingresar desde las calles Los Ensueños o Las Estrellas.
Muy cerca, en el barrio El Tesoro, se encuentra el Museo del Mar, una parada original y entretenida para toda la familia. Allí se exhiben más de 5.000 especies marinas: caracoles, corales, esqueletos de ballenas y hasta objetos relacionados con piratas. También incluye salas dedicadas a la historia de los balnearios uruguayos, la evolución de la navegación y curiosidades que sorprenden a cada paso. La entrada tiene un costo a partir de $300 (aprox. USD 8) y solo se acepta efectivo.
Desde la terminal de Punta del Este salen ómnibus cada hora hacia La Barra, con paradas a lo largo de la rambla de Playa Brava. El boleto cuesta alrededor de USD 2. En verano la frecuencia es de 15 a 30 minutos, aunque fuera de temporada conviene confirmar horarios.
Link a horarios de ómnibus fuera de temporada, aunque según la demanda pueden habilitarse más líneas.
3. Excursión a la Isla Gorriti
El ícono que se recorta sobre el mar al ingresar a Punta del Este es la Isla Gorriti. A solo 2,5 km de la costa, con 21 hectáreas cubiertas de bosques de pinos y eucaliptos, ofrece playas tranquilas y de aguas calmas. Declarada Patrimonio Histórico Nacional, es un lugar ideal para pasar el día, hacer picnic, recorrer senderos o simplemente relajarse con vistas inmejorables a la costa.
Los barcos estilo bus parten desde el puerto cada 30 minutos entre las 9 y las 18 horas, con tickets de ida y vuelta a partir de $400 (USD 10), aunque se puede consultar por precios especiales para grupos grandes. Se pueden adquirir en la entrada principal del embarcadero (Rambla Artigas y Calle 21) o en puestos dentro del puerto. Los horarios dependen del clima y del estado del mar, por lo que es recomendable consultar el mismo día.
Se permite llevar sillas, sombrillas y heladeritas para pasar la jornada. Lo ideal es salir a media mañana y regresar al final de la tarde, aprovechando al máximo las playas de la isla. La más famosa es Playa Honda, de aguas profundas pero tranquilas, y la más pequeña es Puerto Jardín, rodeada de rocas. También hay mesas de picnic bajo el bosque, perfectas para descansar del sol.
4. Navegar hasta la Isla de Lobos
La Isla de Lobos alberga una de las mayores reservas de lobos marinos del mundo. Ubicada a 8 km de la costa de Punta del Este, esta área protegida de 43 hectáreas reúne más de 200.000 ejemplares, además de delfines, aves y una gran variedad de especies marinas. También cuenta con centros de investigación científica.
El acceso terrestre no está permitido, pero los paseos en barco acercan a los visitantes lo suficiente como para observar y, en algunos casos, nadar con los lobos marinos. Estos animales, de carácter pacífico y curioso, convierten la experiencia en un recuerdo inolvidable.
Las excursiones parten del puerto y pueden contratarse en el momento o con anticipación a través de empresas como Dimartours. Los precios varían y la posibilidad de nadar con los lobos depende de las condiciones del mar, por lo que se recomienda confirmar antes de embarcar.
5. Parque Jagüel, diversión para grandes y chicos
Ubicado sobre la Avenida Aparicio Saravia, a pocos minutos del centro, se encuentra el Parque Jagüel, más conocido como El Jagüel. Es uno de los espacios recreativos más tradicionales de Punta del Este. Su origen se remonta a mediados del siglo XX, cuando la Intendencia de Maldonado decidió crear un gran parque público en las afueras de la ciudad, con la idea de ofrecer un espacio verde abierto a toda la comunidad. Con el tiempo, el lugar se fue consolidando como un punto de encuentro familiar gracias a su ambiente natural y, sobre todo, a sus juegos de madera tallada, que se volvieron un sello característico. Estos juegos –algunos con forma de animales y otros de gran tamaño– fueron realizados artesanalmente por artistas locales y se transformaron en parte de la memoria afectiva de varias generaciones de niños de Maldonado y Punta del Este.
Este parque renovado es perfecto para pasar una tarde en familia, es un plan diferente para quienes buscan un descanso de la playa sin dejar de disfrutar al aire libre. Con juegos modernos, áreas verdes, caminerías y un ambiente seguro, es un espacio ideal para que los niños disfruten mientras los adultos descansan bajo los árboles. Su mayor atractivo son los juegos infantiles de gran tamaño, verdaderas esculturas de madera que estimulan la imaginación de los más chicos. Además, el parque cuenta con canchas, espacios para picnic y opciones de cabalgatas para todas las edades, con un costo que va desde los $300, USD 8 aproximadamente.
El Jagüel se destaca por ser un parque inclusivo, con acceso gratuito y atractivo para personas de todas las edades. Durante la temporada está abierto todos los días de 10 a 20 horas. Fuera de temporada abre de 10 a 18 horas, exceptuando los días martes que cierra por mantenimientos.
Bonus Track: Lapataia, un paseo dulce
El tambo Lapataia es uno de los paseos familiares más queridos de Punta del Este. Fundado en la década de 1980 como establecimiento lechero, se hizo famoso por su dulce de leche artesanal, que pronto alcanzó prestigio internacional. Con el tiempo, se transformó en un parque agroturístico donde, además de conocer el proceso de elaboración, se pueden recorrer senderos, interactuar con animales de granja y disfrutar de actividades para todas las edades.
El lugar se acerca a la vida de campo sin alejarse demasiado de la ciudad. Los paseos en carreta, las cabalgatas, el contacto con los animales y las degustaciones de productos caseros lo convierten en una experiencia auténtica. Y, por supuesto, no puede faltar probar los famosos panqueques con dulce de leche.
Lapataia se encuentra a 17 km del centro de Punta del Este. La entrada es gratuita, se permite el ingreso con mascotas y es accesible para personas con movilidad reducida. Ubicación en Google Maps.
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